D. era un dealer poco común, por la mercancía que ofrecía. La primera era gratis y en papel de oro. La segunda ya no era gratis, tenias que pagar un precio bastante elevado. La tercera la pagabas con sangre. Y así hasta que no tenias más con que pagar, pero a esa altura estabas en un estado de dependencia tan grande que una granja de por vida no te iba a servir.
El amaba esa sujeción, era lo que lo mantenía vivo.
Se escucho por la zona de lanús oeste que una de las personas a las que la llevó por ese camino de perdición no sale de su cuarto, lo único que hace es cargar un cuaderno negro en el que escribe "D. te odio, D. te odio". Pobre, no se pudo resistir a sus encantos ni a su poder de persuasión.
Yo estuve ahí, hablo por experiencia. No se puede salir, pero podes vivir sabiendo que no vas a volver a probar. A no ser que un día te lo encuentres en una de las esquinas que frecuenta, y tengas que darle de tu sangre.
1 comentario:
Me hace acordar solo el titulo al tema de Fito....un poco fuerte reconozco amiga...me dejaste bastante quieta, fria y sin palabras....
Pero siempre un gusto leerte. Te quiero tia cele push.
Besos
TIA SIL PUSH
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