miércoles, 22 de septiembre de 2010

Y además...

"Cuando llegó, la casa adquirió otro color. Eduardo Acevedo quinientos treinta, en Caballito, pero sólo por un rato. Después fue el departamento de Río de Janeiro, después Neuquén y después todo lo demás. Yo no tenía más de cinco años y sabía que una luz la iba a rodear siempre. Y siempre vivió a la sombra de su propio brillo, pero sabiendo que el día que lo desee, podrá descorrer su velo mágico para hacer que el mundo conozca sus encantos. Tan sólo espero que ese día llegue pronto." P.d Alvarez




1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué hijos tengo!!!Por Dios!!Qué orgullo leer el blog y leer el comentario del hermano, tan bueno, buenísimo y perfecto al definirla!
Por supuesto que ella brillará,ya brilla!! a su tiempo, como lo hiciste y lo hacés vos.
Chelu, con tanto amor, todo va a salir más que bien y ya que me la copiaste, la repito...Si sucede, conviene...
Los quiero más que mucho!!